Esta historia aparecerá en la edición de ESPN The Magazine del 18 de julio 
Aviso: Esta historia contiene lenguaje explícito.

LUEGO DE LA TEMPORADA 2002, los Medias Rojas tenían una lista de nueve - cuéntenlos, nueve - candidatos en ese momento para la primera base y bateador designado. Como dijo el ex escritor de los Medias Rojas Jeff Horrigan, "Las expectativas eran muy, muy bajas. Eso era más que claro solo al ver el número de personas que ellos tenían para la posición". Pero el nuevo gerente de Boston, Theo Epstein, y el presidente/CEO Larry Lucchino - con la ayuda de uno de los mejores lanzadores en la historia del equipo - vieron un atisbo de algo en un descarte de los Mellizos llamado David Ortiz. Esta es la historia de lo ocurrido entre los meses de noviembre de 2002 y mayo de 2003, cuando un jugador que nadie quería, uno de nueve, se convirtió en una leyenda en una ciudad que ahora no podría vivir sin él.

THEO EPSTEIN: Así es como yo lo recuerdo: Al entrar a la temporada baja, sabíamos que teníamos una gran ofensiva y queríamos redondear nuestro roster con bateadores de calidad para mejorar la profundidad de la alineación. Además queríamos recortar unos $10 millones de nuestra nómina, así que andábamos en búsqueda de tipos baratos sin mucho historial que tuvieran la oportunidad de representar valor real. Habíamos conseguido en cambio a Todd Walker temprano en la temporada baja [para jugar en segunda base] y teníamos el ojo sobre Bill Mueller para jugar la tercera. Teníamos espacio en la primera base y en el puesto de designado, y nos gustaba la idea de adquirir tres buenos bateadores para esos dos puestos y dejarlos que batallaran entre ellos por tiempo de juego, darle profundidad a la alineación y mejorar la banca.


Tuvimos una reunión poco después de yo asumir el puesto [el 25 de noviembre] y evaluamos las opciones de "valor" y las colocamos en dos categorías - los objetivos y los remedios. Los potenciales objetivos de cambios eran David Ortiz, Kevin Millar, Erubiel Durazo y Jeremy Giambi. Los potenciales agentes libres eran Brad Fullmer y Lee Stevens. Ortiz era un objetivo y estaba alto en la lista, pero era solo uno más en la lista que habíamos elaborado y que nos gustaba... pero no era uno de los que pensábamos que debíamos tener.

LA LISTA DE REMEDIOS DE EPSTEIN incluia a dos jugadores de los Medias Rojas que habían sido favorecidos antes de su llegada: Cliff Floyd, un agente libre que había sido cambiado a los Medias Rojas en 2002 y que era la primera opción del dueño para bateador designado; y Shea Hillenbrand, quién había sido un Todos Estrellas en la antesala en 2002 pero que había recibido solo 25 boletos en 676 apariciones en el plato, una sentencia de muerte en un mundo nuevo donde se apreciaba el porcentaje de embasamiento.

CLIFF FLOYD, JARDINERO Y DESIGNADO DE LOS MEDIAS ROJAS: Yo recibí una llamada de John Henry, quien me dijo que el 2003 iba a ser un gran año, que los Medias Rojas estaban listos para ganar y que me necesitaban. Me dijo que yo tenía una semana para tomar una decisión. Un par de días más tarde, imagino que hubo algunos reportes de que los Yankees estaban interesados en mí, y entonces recibí otra llamada de John Henry, que me dijo que solo me quedaban tres días. Él no se iba a poner en una guerra de ofertas con los Yankees. Yo me quedé como que, "Sí, pero yo sigo necesitando saber lo que está allá afuera para mí". Nunca más volví a escuchar de los Medias Rojas. Retiraron la oferta de la mesa. Adiós. Terminé firmando con los Mets.

EPSTEIN: Mi opinión desde el principio era que debíamos dejar que Cliff firmara en otra parte, que tomáramos los turnos del sorteo y utilizáramos ese dinero para firmar varios bateadores. Teníamos que cortar la nómina, adquirir varios bates y fortalecer el sistema de fincas, así que parecía el mejor curso de acción.

MIKE PORT, GERENTE INTERINO: Una vez se nombró a Theo, él y su equipo comenzaron a trabajar a la velocidad de la luz, vendiéndole a los jugadores lo que querían que fueran los Medias Rojas de Boston. ... Yo no sentía que Shea Hillenbrand encajaba en ese plato o que se inclinara hacia la filosofía que Theo quería implementar. Entre Shea y esa administración, no hubo una buena química.

TRAS RETIRAR LA OFERTA DE FLOYD, Epstein comenzó a intentar cambiar a Hillenbrand. Además comenzó a considerar sus opciones en la agencia libre para llenar sus huecos en la primera base y designado. Su primera selección, Durazo, se fue a los Atléticos de Billy Beane en un cambio de cuatro equipos en las reuniones invernales. Luego ese día, Epstein hizo un cambio con los Filis por su segunda selección: Jeremy Giambi, hermano menor del JMV de la Liga Americana en el 2000 Jason Giambi. Al día siguiente, Minnesota dejó en libertad a Ortiz.

DAVID ORTIZ: ¿Los Mellizos? Ellos nunca me dijeron nada. Cuando me dejaron libre, fue como que, adiós, te veo. Yo me enteré de lo que había ocurrido por mi agente.

BILLY BEANE, GERENTE DE OAKLAND: La respuesta maquiavélica tendría que ser, "Sí, teníamos una idea todo el tiempo de lo que Ortiz podía llegar a ser. Intentamos conseguirlo en cambio. Fuimos con fuerza detrás de él, pero Boston nos venció". Esa sería la respuesta correcta, ¿cierto? Pero eso no es cierto. Él no estaba en nuestros planes. No estaba en nuestro radar.

¿A quién conseguimos? ¿Durazo? ¡Oooh, yay! ¡Conseguimos a Durazo! En serio, sabíamos de Ortiz, pero además sabíamos que era un jugador con algo de potencial y con algunas lesiones, con algunos problemas en el terreno. Pienso que confiábamos en la organización de los Mellizos. Terry Ryan y su grupo siempre han sido reconocidos como un grupo inteligente. Ellos no hacen cosas a lo loco. Ellos no cometen grandes errores. Si ellos lo iban a dejar libre, por nada, a nuestro modo de ver, tenía que haber una razón.


KEVIN MILLAR, JARDINERO DE LOS MARLINS: Este fue el inicio del movimiento de Moneyball, y los chicos estaban siendo evaluados de forma diferente. Números diferentes ahora significaban cosas diferentes. Ahora ellos podían saber cuál maldito chico podia batear qué con dos strikes en la carretera entre las 8 y las 9:30. Jeremy Giambi era uno de esos chicos, y era el hermano de Jason Giambi. ¿El hermano del tipo que había sido electo JMV? Sí, definitivamente le iban a echar una mirada.

LO PRÓXIMO EN LA LISTA DE EPSTEIN era Fullmer, un favorito del ex gerente Dan Duquette. Pero él firmó de vuelta con los Angelinos luego de las reuniones invernales. El ex Indio Stevens firmó con los Devil Rays depsués de eso. Sin embargo, para ese entonces, los Medias Rojas ya habían llegado a un acuerdo con Julio Zuleta, un panameño gigante de 6 pies 6 pulgadas y 230 libras, que podía enviar la pelota a diferentes zonas horarias.

ORTIZ: Otro cab. . .n tipo que todo el mundo pensaba que era mejor que yo.

EPSTEIN: Zuleta, ¡ese nombre es un recuerdo del pasado! Realmente él no estaba en la mezcla para las Grandes Ligas, era solamente un agente libre de liga menor que tenía bastante poder.

JEFF HORRIGAN, ESCRITOR DE LOS MEDIAS ROJAS (BOSTON HERALD): ¡Julio Zuleta! Me acuerdo de él: tipo grande e intimidante. Con la cabeza afeitada. Se parecía al tipo de la película Major League. Hasta me acuerdo como se paraba a batear, casi inclinado. Mucho poder.

ORTIZ: Así que ahora uno veía a todos esos tipos firmando, y yo sin nada. No pensaba que no iba a jugar, pero me estaba preparando para irme al béisbol invernal y esperar que surgiera algo. Así que me fuí a Dominicana y tuve un buen invierno, pero no apareció nada.

FERNANDO CUZA, AGENTE DE DAVID ORTIZ: David me llamaba como cinco veces al día. Estaba bien cag...o. Nunca olvidaré la reunión que tuve con él en una cafetería en el Sheraton en Santo Domingo [capital de la República Dominicana]. La cara que tenía.


Cada día que pasaba, se podía ver. Él me decía, "Yo soy joven. No tengo otras herramientas más que jugar al béisbol, pero nadie me quiere. ¿Qué voy a hacer? ¿Cómo voy a proveer el sustento de mi familia?" Le dije que si alguien le daba la oportunidad, él iba a ser un hijo de perra. Que iba a destrozar la pelota. Yo no pensaba que su carrera estaba acabada, porque él era un gran bateador.

A PESAR DE LAS PALABRAS DE SU AGENTE, Ortiz había entrado en modo de pánico al llegar enero. Los entrenamientos primaverales estaban a seis semanas de distancia, y él no tenía trabajo todavía. No tenía ofertas, ni invitaciones a entrenamientos, nada. Los Medias Rojas tenían ahora a Jeremy Giambi, Zuleta y Hillenbrand en el roster. Entonces llegó una intervención de una fuente desconocida - quizás el mejor lanzador de los Medias Rojas de todos los tiempos.

LARRY LUCCHINO: La mayor prioridad [de la temporada baja] era firmar a Pedro Martinez con una extensión importante. Teníamos un diálogo abierto con Pedro. Cuando Minnesota dejó libre a David, Pedro nos llamó y nos dijo que David era un gran tipo y que era alguien a quien había que echarle el ojo. Ahora, tienen que recordar, Pedro era nuestra prioridad No. 1 en la temporada baja, y él nos estaba pidiendo el favor de echarle una mirada a David Ortiz. Era solo una invitación a los entrenamientos primaverales, pero sí eso nos iba a ayudar a las negociaciones con Pedro, bueno, lo vimos como algo fácil de lograr. Era una llamada propicia en el momento propicio. Pienso que la influencia de Pedro Martínez en traer a David Ortiz a Boston es uno de los elementos más olvidados y poco discutidos de toda la historia.

EPSTEIN: [Luego que Ortiz fuera dejado libre] yo llamé a Fern Cuza para expresarle interés en David, y Fern y I nos mantuvimos en contacto por el siguiente mes. Enviamos a Dave Jauss a que trabajara con David en Dominicana en la primera base para ver si era una opción allí o si debíamos considerarlo solamente como designado. Mientras tanto, David ya estaba ansioso. Pedro y él eran amigos cercanos, y Pedro llamó a todo el mundo - a mí, Larry Lucchino, Jack McCormick [el secretario de viajes de los Medias Rojas] - para cabildear por David y hablar de lo gran tipo que era él.

ORTIZ: Todo lo que sé es que un día, frente a mí, Pedro llamó a Larry y le dijo que me firmara. Pedro fue quien lo logró.


CUZA, QUÉ TAMBIEN ERA AGENTE DE MARTÍNEZ: Larry y yo estabamos negociando la extensión de contrato de Pedro. Pedro llamó directamente a Larry. Recuerdo a Larry decir sobre David, "Podemos hacerlo". Yo no sé lo que pasó tras bastidores, pero Theo me llamó y cuadramos un acuerdo. Tenías a tu jugador Estrella, al mejor jugador del equipo acercándose a su último año de contrato, pidiéndote un favor. ¿Haces el favor y qué te cuesta? No había ningún riesgo económico para los Medias Rojas. Si David no hacía el equipo, lo dejaban libre.

EL 22 DE ENERO DE 2003, los Medias Rojas firmaron a David Ortiz con un contrato de 1 año y $1.25 millones.

ORTIZ: ¿Saben cuántas ofertas recibí? Una. De los Medias Rojas. Esa es la verdad.

EPSTEIN: Yo era fanático de Ortiz desde que estaba con los Padres evaluando el sistema de fincas de los Mellizos. A nuestros encargados de números les encantaba la actuación de Ortiz, ya que había bateado 20 jonrones en media temporada con los Mellizos. Nuestros cazatalentos lo consideraban como un buen bateador que podía mejorar si lograba hacer ajustes aquí y allá en su bateo. Todos pensábamos que iba a encajar bien en Fenway, ya que había demostrado una habilidad real para batear la pelota hacia el otro lado. Las dudas se centraban en su salud, su defensa y por qué los Mellizos lo habían dejado libre.


LUCCHINO: Según recuerdo, había algo de decepción sobre él, y el empuje vino de parte de Theo. Él creía que nuestro equipo estaba listo. Lo recuerdo como que sentía que ya teníamos nuestro bateador designado, y su nombre era Jeremy Giambi.

AHORA ORTIZ TENÍA un puesto en el roster, pero los Medias Rojas no habían terminado. Boston estaba enfrascado en negociaciones separadas para adquirir al jardinero y primera base Millar de los Marlins, aunque en principio Millar había llegado a un acuerdo para irse a jugar a Japón con los Chunichi Dragons.

MILLAR: Yo había hablado con el equipo de Chunichi, habíamos comenzado a negociar. Ellos me dijeron que me iban a pagar $6 millones por dos años. ¿Seis millones? Yo pensaba, "¡Mierda, soy rico!" Entonces los Marlins me pusieron en waivers, y los Medias Rojas me reclamaron -- pero - yo ya había acordado irme a Japón. Así que llamé a mi agente. Ellos me dijeron que sin importar lo que pasara, yo no iba a perder dinero, así que, qué diablos, yo quería jugar con los Medias Rojas.

Pero ahora tenemos este incidente internacional. Bud Selig tuvo que interceder. Los Medias Rojas tienen algo de músculo para hacer que esto ocurra, pero ahora tengo miedo. Yo no soy Barry Bonds. Yo no soy Sammy Sosa. Soy este chico blanco común y ordinario que juega en el jardín derecho. Escucho que Larry Lucchino quiere salirse del acuerdo, como si no necesitaran los problemas. Pero estoy contento de que no lo hicieron. Lo único que quedaba para mí era hablar con el representante de Chunichi. Él me dijo que él estaría deshonrando su país si no me llevaba a jugar allá ¡En serio! [Al final, Chunichi desistió de su reclamo y Millar quedó libre para firmar con los Medias Rojas.]

PARA LOS ENTRENAMIENTOS PRIMAVERALES, los Medias Rojas tenían más activos que los que podían manejar. "Teníamos cuatro jugadores en la primera base atrapando rodados", dijo Millar: Giambi, Hillenbrand, Ortiz y Millar. "Que gane el mejor". Pero para el inicio de la temporada, Millar se había ganado el puesto en la primera base, en parte porque tenía más movilidad que Ortiz, y Giambi era el designado a tiempo completo. Varias semanas antes, Ortiz estaba preocupado de que no iba a tener trabajo en el béisbol al comenzar los entrenamientos primaverales, pero esto era casi igual de amlo: estar en un roster detrás de Giambi, sentado en la banca. Solo había una cosa que hacer: pedir un cambio. Irse de boston.

MILLAR: Hay una historia que ha estado rondando por años de que los latinos, Pedro y Manny [Ramírez], fueron donde Grady [Little, el manager] a decirle que tenía que comenzar a usar a David. Eso es mierda. Eso vino de mi parte al hablar con él. Búsquenlo. Todo ocurrió en Anaheim. Día libre, Papi la sacó. Ganamos. Yo le dije a David que entrar allá y les dijera, "O me ponen a jugar o me cambian. Yo quiero ser titular. O quiero irme".

Escuchen, esta es la conclusión: Desde el día uno, Jeremy Giambi no podía ni atarle el cordón de los zapatos a David Ortiz. No pudo mantener su ritmo de bateo en los entrenamientos primaverales. Jeremy Giambi estaba quitándole turnos en el plato a David Ortiz porque él era el hermano menor del JMV y los Medias Rojas estaban comprometidos con el Moneyball, pero él nunca superó en bateo a Papi. Nunca. Punto. Fin de la historia.

ORTIZ: Yo nunca fui realmente el chico de Theo. Hubo otros a quienes les pagaban más dinero. Si yo hubiese sido su primera selección, realmente pienso que me habrían puesto a jugar desde el día uno. ... Así que sí, yo me sentaba y me sentaba, y mantuve mi boca cerrada porque uno tiene que ser un profesional, ¿sabes?

EPSTEIN: David y yo tuvimos algunas conversaciones rápidas temprano en el año en las que yo le decía que tenía que ser paciente, le dije que nosotros creíamos en él, le expresé algo de simpatía por su situación y le volví a asegurar que las cosas se resolverían por sí solas. Él estaba frustrado al principiuo pero lo manejó muy bien, sin querer formar un problema en el camerino o meter a sus compañeros en esto.

CUZA: David era tratado peor que mie... de ballena. Él decía, "Quizás cometí un error. Quizás no trabajé lo suficiente. Quizás desperdicié mi oportunidad".

ORTIZ: Finalmente, dije, a la mie... . Fui donde Grady. Fui donde Theo. Ellos me preguntaron porque estaba molesto, y yo les dije, "yo no estoy molesto, pero yo soy mejor que cada cab... tipo que han puesto por encima de mí". Así que llamé a mi agente Fern. Le dije, "si no estás aquí mañana, estás despedido". Él me dijo, "¿qué pasó?" Yo le dije, "Yo soy mejor que esto. O me ponen a jugar o me quiero ir de aquí. Pónganme a jugar y les demostraré lo que puedo hacer".

EPSTEIN: En la tercera semana de mayo - cuando estaba bateando alrededor de .250 con un jonrón y viniendo de un periodo en el que había jugado una vez en cuatro juegos - él envió a su agente, Fern Cuza, a verme. Fue después de un partido en el estacionamiento de jugadores en Fenway. Fern dijo que aunque David amaba a Boston y amaba a sus compañeros, el no jugar lo estaba volviendo loco. Él dijo que David quería que entregara un ultimátum a su nombre - que lo pusieran a jugar todos los días o que lo cambiaran.


Nosotros habíamos estado trabajando muy duro desde el invierno para cambiar a Hillenbrand y sentíamos que estábamos cerca de lograrlo con los Diamondbacks. Le dije a Fern que mantuviera a David calmado por otra semana y que entonces encontraríamos la manera de darle su oportunidad.

EL 29 DE MAYO DE 2003, los Medias Rojas enviaron en cambio a Hillenbrand a Arizona. Una semana más tarde, Ortiz se convirtió en el bateador designado titular de los Medias Rojas.

CUZA: Ese fue el punto crucial de su carrera. Justo en ese momento, él decidió dar el paso adelante. Estaba peleando por su vida. La gente siempre se pregunta, "¿Por qué David Ortiz es tan bueno bajo presión?" Eso no es presión. Presión es vivir en la República Dominicana sin ingresos.

David fue paciente, e internalizó todo eso - el no jugar, el que fuese mejor que los que ponían a jugar por encima de él - y estuvo cerca de perder la cabeza, pero esto es cierto: Estuvimos a un click de que nada de esto ocurriera en Boston.

LUEGO DEL JUEGO DE ESTRELLAS, Ortiz comenzó una de las mejores rachas en la historia del béisbol, y terminó la temporada con 31 jonrones (27 de ellos en los tres meses finales de la temporada) con 101 impulsadas. Su racha caliente llegó demasiado tarde para que fuese al Juego de Estrellas ese año - aunque llegó quinto en la votación del JMV - pero si fue electo en el roster de la Liga Americana en 10 de las siguientes 13 temporadas, comenzando como designado en cinco de ellas.

JED HOYER, EX ASISTENTE DEL GERENTE: David, en la segunda mitad del 2003, lo que hizo, y contra quién lo hizo - y con eso me refiero a los Yankees en tantas ocasiones - todo lo que uno podía hacer era observarlo. No se podía creer. Pero estaba ocurriendo.

CUZA: Cuando David estaba en la alineación, se podía ver el cambio. Él jugaba como sí supiera que nunca iba a estar de nuevo en la posición de estar tan cerca nuevamente. Pienso que cada atleta profesional tiene un punto crucial en su carrera. Este fue el de él.

ORTIZ: Con todo, uno pasa por muchas cosas. Pero pienso que fue bueno porque eso me obligó a sacar lo mejor de mí. Eso fue lo que pasó. En mi carrera, nadie me ha regalado nada. Todo me lo he tenido que ganar. Eso no hace sentido, lo sé. Eso no ocurre. Lo sé. Pero me pueden mirar a mí como prueba de que puede ocurrir.

Por Howard Bryant / ESPN Deportes 
 
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