SANTO DOMINGO. El ex jugador D’Angelo Jiménez comenzó a tomar medidas preventivas a la hora de estar frente del volante, después del accidente en enero del 2000, donde estuvo a punto de fallecer.

“Nunca he hablado de situaciones de mi accidente, pero gracias a Dios pasó, hice mi carrera después, no como la planeaba en ese instante, pero de ahí me recobré, y pude ser el D’Angelo Jiménez que era”, explica.

Jiménez, quien en la actualidad es el asistente del coach de bateo de los Tigres del Licey, describe que el país ha tenido muchas pérdidas de peloteros por accidentes automovilísticos, y en ocasiones lo toman en cuenta por ser uno de los sobrevivientes de un trágico accidente.

“Pude quedar paralítico, incluso yo no podía mover mucho la mano izquierda tuve que hacer mucho ejercicio, la rehabilitación fue difícil, duré como una semana que no podía caminar bien”, manifiesta.

Sobre los peloteros en la temporada muerta, dijo que “ellos vienen aquí a disfrutar un poquito más de su país y de su gente y muchas veces, hay accidentes que tal vez no son culpa de ellos, el mío no fue mi culpa”.

A los jugadores les dice que manejen despacio en la vía, y que disfruten, “si van a tomar, que lo hagan, pero que maneje alguien más”.

Explica que después de, dos años ganó el liderato de bateo de la liga, se encontró el dueño del vehículo que estuvo involucrado en el choque diciéndole que le pagara los daños de su automóvil.

Sobre las malas influencias en el béisbol, piensa que muchas veces afectan las carreras, pero eso depende de lo que cada persona quiere hacer.

Acerca de si en un futuro está en sus planes ser dirigente, afirmó: “Yo me estoy preparando, ahora le doy las gracias al Licey por tomarme en cuenta, aunque yo tuve una carrera buena en la liga de aquí y en Estados Unidos, ahora tengo que trasmitir a otros peloteros jóvenes, no lo que yo hacía sino lo que pueden hacer para sobrevivir en el béisbol”.

Jiménez está esperando que pasen las reuniones de invierno de las Grandes Ligas, para ver si puede conseguir alguna oportunidad de trabajo con algún club en la gran carpa.

Por Yamell Rossi 
 
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